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¿Te has vuelto más eco-responsable y apoyas las soluciones Zero Waste? ¡Bien hecho! Pero, desafortunadamente, algunos residuos son inevitables… Este es el caso de los residuos orgánicos. ¿La solución? ¡Conviértelos en abono! ¡Pruébalo y verás que no es tan difícil!
En los últimos años, muchas personas han adoptado el abono o también nombrado compost. En este artículo, vamos a ayudarte a prepararlo con facilidad y a elegir cuál es el que más te conviene.
Básicamente, el abono hace referencia a la descomposición de la materia orgánica por diferentes tipos de bacterias y microorganismos. Estos residuos descompuestos pueden actuar como fertilizantes naturales para las plantas.
En promedio, el 30% de tus residuos está compuesto por elementos orgánicos que se pueden convertir en abono. Podría ser una solución anti-desperdicio perfecta: fabricar tu propio abono permite asumir la responsabilidad de clasificar y mejorar tus desperdicios mientras enriqueces el suelo. ¡Son tus plantas las que estarán felices! También ahorrarás tiempo y dinero porque el compost te evade de ir al centro de reciclaje tan a menudo.
¡Ya no necesitas comprar fertilizante para tus plantas, ¡lo tienes en casa! Después de 4-5 meses, el compost está listo. Este adquiere un color oscuro y huele a suelo forestal, listo para esparcirlo en tu huerto o a tus plantas, para así multiplicar su número y que crezcan con más fuerza.
Abono vegetal: Este es el abono más común si tienes un jardín. Puedes elaborarlo en un compostador comercial o hacer tu compostador tu mismo con palés de madera. ¡Por supuesto, evitamos contenedores de plástico! Debes ponerlo al aire libre en contacto directo con el suelo, sobre una superficie plana y en una zona de semisombra. ¡Ojo! No lo pongas demasiado cerca de la casa, ya que los insectos y el olor de la descomposición podría ser molesto. ¡Sobre todo en verano!
El vermicompostador: Este método incluye la acción de las lombrices de tierra para acelerar la degradación de los residuos. ¿Estás en un apartamento? Que no cunda el pánico, el vermicompostador se puede instalar en interiores o en el balcón gracias al vermicompostaje. Si clasificas bien su compost, no debería desprender malos olores.
El compost colectivo: Este es ideal cuando no puedes elaborar el abono directamente en casa. Es posible que haya algún abono compartido cerca de ti donde puedas llevar tus desechos orgánicos.
Abono de bacterias: ¡Este es el abono de los profesionales! Su funcionamiento es un poco más técnico: Se introducen bacterias en el compost y luego se calienta. Activadas por el calor, las bacterias digerirán los alimentos en menos de 24 horas. Este compost es utilizado principalmente por comunidades (restaurantes colectivos, ayuntamientos...) porque permite transformar una gran cantidad de residuos en compost de forma rápida.
Ahora que sabes todo sobre el compost, toda la familia puede empezar. Este es un gran paso eco-responsable hacia un mundo más sostenible. Y tú, ¿en qué solución te vas a apoyar?
Camille de Smartfooding
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